Hace dos semanas que la victoria no brillaba para nuestra honorable institución. Este finde pintaba seguir todo igual. Otra vez sin el DT, esta vez no llegamos ni acompletar el equipo, así que jugamos con uno menos.
El partido empezó muy duro, metiendo en todos lados. Los rivales, rápidos y habilidosos, eran milagrosamente detenidos por los brillantes tapones de nuestros agerridos botines. Las tarjetas desfilaban delante de nuestros ojos. No nos importaba, había que ganar como sea.
Durante todo el primer tiempo, nos cascotearon el rancho. Si no fuera por la suerte de Solano (cuatro palos en un tiempo) nos ibamos al entretiempo llenos de nuevo. De nuestro lado: un tiro de 35 metros de Tapia que se estrelló en el travesaño: si no entró esa, no hace gol nunca mas en su vida en un partido oficial.
Nos reacomodamos tácticamente con nuestros escasos recursos, y salimos a enfrentar la durísima segunda parte.
esta vez, los primereamos: pifia del nueve rival tras un centro atrás, puntazo de Carlitos y el balón rodó libre hasta los pies del Mono: el ansiado reencuentro. Pie y pelota, cual dos enamorados, danzaron juntos entre los volantes rivales, y luego de un pase de cañito, fue a para a los pies del velosísimo javiyú. Encaró al arquero, la jugó al medio, y ahora sí, el nueve con el arco vacío, la tiró a las nubes. No se podía esperar otra cosa. Después de las puteadas, pidió el cambio. "¡Somos unos menos, zapallo!" le gritamos. Y el flaco se quería matar.
otra vez un temible ataque rival: el diez, desde el borde del área, juega en profundidad, remate del siete, rebote en Solanito Palermo, otra vez contrataque. Bachi tejerina comandaba la contra, elude a un rival, perfecto cambio de frente de setenta metros, le rebota en la nariz a Sapito, y Pipo, el tímido cinco del Burritos, tras un feroz zapatazo de cuarenta metros, la clava en un ángulo. Golazo! el mejor del campeonato, según dicen algunos cronistas amarillistas.
El partido continuó muy reñido, cada pelota valía un mundo, nos jugábamos la clasificación. Dios seguí jugando para nosotros, en el arco, y nos salvábamos de goles que solo Tapita podría errar. Pero en la delantera estaba Alá.
Terminando el partido, luego de tirazo al ángulo que el amargo arquero rival despejó al corner, nuestro central, Carlitos "Pinturita" Dip pasó a jugar de nueve. "Pa que aprendan los muchachos que se la pasan gritando y no bajan nunca"- se rumoréa que dijo. Córner mal pateado, saque de arco. Contra feroz de los rivales, nuetro central estrella clavado en el área rival, miedo y resignación general para el resto del equipo.
El diez, en velocidad, abre hacia la derecha. caño a Bachi, el siete entra al área. Pellizca la pelota Luis, (único central) y el delantero llega a puntearla. Solo, frente a nuestro arquerito, el diez define abajo: pelota otra vez en el palo, y Guille la revienta a las nubes. Le cae al mono, nuestro dos jugando de nueve recién está saliendo del offside (volvía del córner) pero el árbitro no lo ve. Monky la reboléa al área, cabezazo de Carlitos, pica y adentro. ¡Otro golazo!
El árbrito, harto de tanto mal futbol, da por terminado el partido. Se produce otro ansiado reencuentro: 2-0, Burritos volvió a la victoria.
Esto podría haber pasado, podría haber sido el triunfo soñado, pero los rivales, cobardes, no se presentaron. Por abandono, los puntos son del Burrito.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¿Qué tenés para decir de Burritos?